En este artículo te muestro si el yoga es recomendable para la artrosis y cómo practicarlo de la mejor forma para aliviar los dolores.
A estas alturas seguro que ya sabes que, si padeces artrosis, la dieta y el ejercicio físico son los dos pilares sobre los que se debe asentar el tratamiento que sigues tanto para paliar los síntomas asociados a esta enfermedad como para acabar sanándola por completo.
Sin embargo, no todas las actividades físicas son recomendables ya que tus deterioradas articulaciones pueden verse perjudicadas.
Sin duda, el yoga, una disciplina física procedente de la India que cada vez goza de más adeptos, es una de las actividades más recomendables para tu problema de salud.
Por ello, en este artículo me he propuesto hablarte de sus bondades para que entiendas mejor por qué debes practicarla a diario para curar tu artrosis de forma natural.
¿Por qué el yoga es recomendable para la artrosis?
El yoga es recomendable para la artrosis de todos los tipos por muchas razones.
La primera de ellas se encuentra en la naturaleza propia de los ejercicios que están estrechamente ligados a esta disciplina.
Y es que, en líneas generales, se caracterizan por conllevar movimientos suaves que buscan la extensión máxima de las articulaciones y músculos…
… lo que acaba conllevando una mejora de la movilidad y una reducción ostensible de la sensación de rigidez.
Por su parte, la intensidad con la que se practica el yoga puede ser modulada fácilmente y las mejoras son palpables rápidamente.
De este modo, aquellos que padecen una artrosis de rodilla, cadera o columna bastante avanzada, pueden empezar realizando movimientos muy suaves para, progresivamente, alcanzar mayores grados de extensión.
Parece milagroso, pero te aseguro que, en una sola sesión, podrás llegar a límites que, hoy por hoy, consideras imposibles.
Pero, más allá de la mejora en la movilidad y en la sensación de rigidez de tus articulaciones, el yoga puede ofrecerte mucho más.
Por un lado, muchos estudios han certificado que favorece una mejor circulación sanguínea, lo que produce que tus músculos se encuentren más fuertes y que las probabilidades de sufrir un proceso de inflamación se reduzcan al mínimo.
De hecho, muchos especialistas recomiendan esta disciplina como parte de tratamientos antiinflamatorios para la artrosis de origen natural.
Por otro lado, el yoga no solo es una disciplina física o un deporte, sino que también afecta a la mente.
Tanto es así que, para realizarlo, la concentración es fundamental.
Sin duda, se trata de una actividad que fomenta la meditación y que ayuda a la relajación debido a que la respiración juega un papel clave en ella.
Por lo tanto, dominarla conlleva una mayor capacidad de controlar las sensaciones físicas asociadas a la artrosis como el dolor.
En definitiva, solo se me ocurren razones positivas para que empieces a practicar yoga como parte de tu tratamiento contra la artrosis.
Eso sí, mi consejo es que, antes de empezar a hacerlo por ti mismo, vayas a un gimnasio o centro especializado para que un profesional en la materia te guíe.
Considéralo una inversión que amortizarás rápidamente gracias a la mejora de los síntomas asociados a tu enfermedad que experimentarás.
Te aseguro que notarás los resultados rápidamente.
Sin embargo…
Lo que aquí mencioné es MENOS del 2% de todo lo que debes hacer para derrotar a la artrosis y eliminar para siempre los dolores y sus síntomas
Con los consejos que te acabo de dar, solo estás atacando los síntomas de la enfermedad.
La clave está en atacar y eliminar todas las causas que originan el problema.
Y lo digo por experiencia, ya que yo también padecí artrosis.
Los dolores eran insoportables y no podía llevar una vida normal. Y los medicamentos solo estaban destruyendo mucho más mi salud.
Hasta que empecé a seguir un tratamiento natural.
Gracias a este tratamiento… mis dolores desaparecieron y pude abandonar los medicamentos que estaba tomando.
Mi vida dio un giro de 180 grados y pude volver a ser la misma persona de antes.
Si quieres saber cómo aplicar tú mismo el mismo tratamiento natural…
Nos vemos allí 🙂
Susana