En este articulo te muestro por qué no es aconsejable la terapia celular para la artrosis y porque debes recurrir a lo natural.
Si acabas de recibir la noticia de que padeces artrosis o, en su defecto, lo sabes desde hace tiempo pero ningún tratamiento de los que has seguido te ha dado resultado, probablemente te encuentres en una búsqueda incansable de alternativas.
De hecho, me atrevería a adivinar que, en estos momentos, ya has escuchado hablar de las terapias celulares para esta enfermedad y te preguntas si son realmente efectivas.
Si es así, no pierdas detalle de lo que voy a contarte.
Las terapias celulares para la artrosis se venden como los nuevos tratamientos ‘milagro’ para esta enfermedad.
Sin embargo, desde un primer momento quiero dejarte claro que no lo son tanto y que en ningún caso sus beneficios se pueden comparar, ni por asomo, con los proporcionados por uno natural basado en la alimentación y el ejercicio.
Voy a explicarte por qué.
Por ejemplo, imagina que sufres artrosis en tus rodillas.
En caso de que decidieses someterte a un tratamiento de células madre (con este tipo son con los que se llevan a cabo este tipo de terapias), el especialista es cuestión procedería a inyectarte directamente en el cartílago una dosis de varios millones de ellas.
¿Imaginas lo que vas a sentir cuando una aguja se introduzca en la articulación afectada?
Seguramente no hace falta que te lo diga.
En la mayoría de ocasiones, esta inyección suele provocar la aparición de grandes hematomas y se traduce, durante un par de semanas, en hinchazón y fuerte dolor articular.
Como bien sabrás, estos síntomas suelen ir aparejados a un empeoramiento en el estado de desgaste del cartílago.
Por su parte, la eficacia de las terapias celulares es realmente baja.
Y es que, probablemente, lo que nadie te ha contado es que solo un 27% de las personas con artrosis que se someten a ellos muestran una evolución positiva y tangible.
Muchos otros afirman sentirse mejor, pero a la hora de hacer las pruebas para comprobar la evolución del cartílago, descubren que está peor.
Esto se produce, fundamentalmente, por el denominado efecto ‘placebo’.
En resumen, someterte a una terapia celular para tu problema de artrosis, muy probablemente, no te va a ayudar a sentirte mejor ni va a hacerte mejorar realmente de tu enfermedad.
En cambio, un tratamiento natural que se base, por un lado, en la realización de ejercicio físico adecuado y, por otro, en una dieta saludable y equilibrada que provea a tu organismo de todas las sustancias que necesita para regenerarse y curarse, sí.
Empieza cambiando tus hábitos alimenticios renunciando al consumo de productos con grasas insaturadas y azúcares y céntrate en los vegetales de hoja verde, en los pescados azules y en las frutas y hortalizas.
Asimismo, empieza a caminar y a combinar pilates, yoga y aquagym todos los días con el objetivo de fortalecer la musculatura que rodea a tus articulaciones afectadas.
Por su parte, toma también infusiones de té verde, cola de caballo, ortigas y jengibre para depurar tu organismo, fortalecer tu sistema inmune y combatir los síntomas.
Te aseguro que, en un par de semanas, empezarás a notar la mejoría.
Y, siendo constante en tu esfuerzo, acabarás por curarte por completo.
Sin embargo…
Lo que aquí mencioné es MENOS del 2% de todo lo que debes hacer para derrotar a la artrosis y eliminar para siempre los dolores y sus síntomas
Con los consejos que te acabo de dar, solo estás atacando los síntomas de la enfermedad.
La clave está en atacar y eliminar todas las causas que originan el problema.
Y lo digo por experiencia, ya que yo también padecí artrosis.
Los dolores eran insoportables y no podía llevar una vida normal. Y los medicamentos solo estaban destruyendo mucho más mi salud.
Hasta que empecé a seguir un tratamiento natural.
Gracias a este tratamiento… mis dolores desaparecieron y pude abandonar los medicamentos que estaba tomando.
Mi vida dio un giro de 180 grados y pude volver a ser la misma persona de antes.
Si quieres saber cómo aplicar tú mismo el mismo tratamiento natural…
Nos vemos allí 🙂
Susana